Consejos para el aseo en el embarazo
Evita infecciones
Durante el embarazo, estás más propensa a sufrir todo tipo de infecciones. Los buenos hábitos de higiene íntima entran dentro de las medidas a tomar para evitar las temidas infecciones de orina.

¿Ducha o baño?
Aunque nada te impide tomar un baño de vez en cuanto, una ducha rápida con agua templada es la mejor opción en tu estado. Tu piel está más seca y el contacto prolongado con el agua aumenta el problema.
Si soportas la sensación de agua fría, termina regando tus piernas -aunque sea de rodilla para abajo- para estimular la circulación sanguínea y tenerlas más ligeras. Sólo apto para las más valientes: el agua fría sobre los pechos. Tumbarte hacia adelante evitará que el agua escurra sobre tu tripa y será más llevadero.
Termina siempre con crema hidratante sobre la piel un poco húmeda del cuerpo sin olvidar los pies y crema antiestrías sobre pecho, vientre y caderas.
Evita infecciones de orina
Durante el embarazo, estás más propensa a sufrir infecciones urinarias. Además, notarás que tu flujo vaginal es más abundante. Todo ello hace más imprescindible que nunca cuidar tu higiene íntima. Toma nota:
- Evita las medias y pantalones ajustados.
- Cambia de ropa interior a menudo. Elígela de algodón y lávala con agua muy caliente. También son útiles los protectores para braguitas que se pueden renovar en cualquier momento.
- No hagas lavados intravaginales que alteran la delicada flora vaginal que protege contra las infecciones. Los genitales se lavan únicamente por fuera. Si lo deseas, utiliza toallitas sin jabón y con pH similar a las mucosas que dan una agradable sensación de limpieza y frescor.
- Si vas a la piscina, quítate el bañador mojado nada más salir del agua y sécate bien. El secado también es importante después del baño o ducha.
- En el baño, usa el papel higiénico desde delante hacia atrás.
- Si notas que el flujo vaginal tiene mal olor, consulta con el ginecólogo porque ése no es un problema de higiene.