El por qué de las rabietas en los niños
Vuestra respuesta las controlará
Poner freno a las rabietas infantiles no es sencillo, pero ayuda saber por qué se desencadenan.

La impulsividad natural de los niños, su poca capacidad para razonar y su escasa tolerancia a la frustración está detrás de la inmensa mayoría de rabietas. Los pequeños no son capaces de controlar la situación, son poco autónomos y cuando no logran lo que se proponen se disgustan y usan la rabieta como una forma para llamar la atención.
Las rabietas son muy frecuentes entre los 2 y los 3 años para hacerse más puntuales entre los 4 y los 6. Si bien la inmadurez emocional es el factor más determinante, su pobre capacidad verbal es otro de los motivos que le hacen perder los nervios. A medida que vaya desarrollando su lenguaje, podrá comunicarse mejor y sus relaciones con sus pares y los adultos mejorarán.
Los motivos fundamentales que desencadenan las rabietas son:
- El niño se enfada porque nos oponemos a lo que él quiere. No le dejamos salirse con la suyo y entra en cólera.
- Está muy cansado y excitado, lo que puede hacer que se sienta desbordado por sus emociones y reacciona negativamente a los estímulos que recibe.
- Se disgusta porque no logra hacer algo. Por ejemplo, está intentando introducir algo en un espacio demasiado pequeño, no se da cuenta que es imposible y estalla. Se empeña en realizar una tarea que necesita una habilidad superior a la que tiene y se enrabieta.
La frecuencia e intensidad de sus berrinches dependen de la personalidad del pequeño y su temperamento, pero también del entorno en el que crece. Un estilo educativo demasiado permisivo, la falta de coherencia entre las diferentes personas que le cuidad o que consiga su objetivo gracias al enfado favorecer la multiplicación de los episodios.
Asesoramiento: Antonio Garrote, psicólogo infantil y director de STIMULOS Atención Educativa.
Laura Jiménez